Hace un par de años, mi madre, en plena enfermedad, me
dijo con referencia al 21 de Diciembre de 2012: -“Pues yo creo que en el 2012 va a haber un Cambio grande”-.
Mi madre y yo habíamos estado hablando de que en las
Redes se hablaba de que en el 2012 se esperaba un cambio claro en la Sociedad,
y que sería algo así como la destrucción de los Pilares en los que la sociedad
basamos nuestra vida, y nuestras creencias.
Mi madre, por el contrario, hablaba con un doble
sentido. Ciertamente, mi madre se refería a esa fecha en concreto, pero no a
los cambios traídos por la nueva Energía Universal que llegaría; sino por la
vieja Energía Interior de mi madre que se alejaría.
De la misma manera, los Pilares en los que basamos
nuestras Vidas y creencias, para mí, desaparecieron, pero al contrario de
hacerlo como se esperaría: estallando y haciendo caer todo lo demás construido
sobre esos Pilares; en mi caso, todo lo construidos sobre mis Pilares, apenas
se posó en el fondo del pozo, cuando mi madre falleció.
En mi caso, mis Pilares fueron desgastados desde la
base durante estos dos últimos años, por lo que cuando estos se destruyeron un
13 de Septiembre, apenas tuve un metro de caída. Yo trabajaba para ese y este
tiempo en la Sanidad. Sigo trabajando en un Servicio de Paliativos, o sea, en
un Servicio donde los pacientes son crónicos (en proceso de la muerte), y todos poseen un cáncer que les ahoga
poco a poco la vida.
Se dice socialmente que los Servicios de Paliativos,
son para quitar la carga del cuidado del paciente a sus familiares, darles a
todos, un apoyo psicológico, y unos cuidados sanitarios que en los domicilios
suelen ser menores. Pero no es del todo cierto, porque los Servicios Paliativos
están para ayudar a los pacientes a Morir Dignamente: Sin Dolor.
La diferencia de morir en un hospital o en el
domicilio propio depende en primera medida dela elección del paciente que
padece; pero en el caso de mi madre, bueno, la mayoría de su vida, como todos,
la pasó en su trabajo, y este era un hospital. Conocía lo que conocía, y ella
nunca quiso morirse en un hospital en las condiciones que ella mismo vivió en
el trabajo.
Pero mi madre, como mi familia, no pueden conocer lo
desconocido, y su experiencia les impidió experimentar otra cosa. Yo conozco
los Servicios Paliativos, el trato distinto al paciente, el apoyo a la familia,
incluido el apoyo psicológico, etc. Yo en el momento de la muerte de mi madre
hubiese preferido otra cosa, lo que conocía y que sabía que era bueno.
Pero en esos momentos lo importante no es lo que
nosotros pensemos, sino la elección del paciente, y mi madre decidió irse de
este mundo en su casa. Esa fue Su elección y mi hermano me lo recordó, -no de la manera que más me hubiese gustado,
no de la forma más agradable, y por medio de una obra de teatro en la que la
ilusión era para mí un espejismo barato-, pero que al fin me recordó.
-“Pues yo creo
que en el 2012 va a haber un Cambio grande”-, me dijo mi madre, en una
conversación a solas.
Mi madre cuando nombró esa frase, -y de la que yo percibí a qué se refería mi
madre, pero pensé en no pensar en ello-, ella se refería a su propia
muerte. Mi madre sabía que se estaba muriendo. Yo sabía que ella se estaba
muriendo, pero no por el hecho de que el paciente o la familia me lo dijese,
pues ¿cómo decir algo a alguien, cuando lo que tenemos que decir nosotros no lo
creemos?, pues mi tía y mi hermano, debido a la no experiencia con pacientes
cercanos a la muerte, y por el vínculo Emocional, prefirieron negar esa muerte.
La Negación es una pauta sólo para el paciente. La familia no debe quedarse
mucho tiempo en una pauta que es del propio paciente, ya que la familia debe
ser la unión y la Fuerza Conjunta en pos del bienestar del propio paciente que
se le va la vida.
Yo sabía sin que mi madre o mi familia me dijese, lo
que le estaba sucediendo a mi madre, y lo sabía por la experiencia en un
Servicio Paliativos, lo sabía por comparar las pautas de la enfermedad de mi
madre, con las pautas de la enfermedad de los pacientes de los Servicios
Paliativos. Aun así mi madre me lo comunicaba en un lenguaje disléxico, o lo
que es lo mismo, en un lenguaje oculto.
No es tan importante lo que vivimos, como lo que
podemos vivir. No es tan importante la experiencia, como el experimentar. Pero
la propia experiencia de lo que conocemos, nos impide experimentar lo nuevo y
desconocido. No nos gusta lo desconocido. No nos gustan los cambios, porque
estamos a gusto dentro de lo conocido por nuestra mente.
Hace dos años que deje de leer, porque mi atención
tuvo que desviarse hacia la familia, hacia mi madre, y con replantearme mi
relación con ella hasta ese momento, y los problemas que entre ambos poseíamos.
Y lo más complicado, lo conocido por mi mente y mi experiencia en los Servicios
Paliativos, añadido al Vínculo Emocional con mi madre, hizo, como haría en
todas las personas que rodearon a mi madre en esas fechas, que el trance de la
destrucción de mis Pilares fuese lentamente, con intensidades de dolor que
hacían caer parte de los Pilares, pero no de golpe. Dolor corrosivo, y falso
amor, que fueron deshaciendo poco a poco mis Pilares, me ayudaron a su vez, (“Todas las Circunstancias me Benefician”),
-incluyendo las Circunstancias
aparentemente negativas-, a que la caída fuese más leve, que con el resto
de mi familia.
Mi madre conocía que le llevo a la experiencia del
cáncer. Mi Energía Interior, y mis acciones dentro de la familia, cargadas de
Emoción, mi Intuición, y mi Conciencia, me llevaron a descubrir aquello que le
hizo enfermar a mi madre.
Yo pedía a la familia y a mi madre que me contasen
aquello que se ocultaba, pero que inscrito en su memoria y en su costumbre negaban
que existiese, ha la vez que les era imposible no comportarse como lo habían
hecho siempre, contrariamente a lo que aseguraban.
Y lo importante no estaba en el hecho de que me contasen a mí
algo que ya sabía.
Lo Importante se encontraba en el hecho de
contarlo, ya que “contar la verdad os
hará libres”. El hecho de que yo ya lo supiese, simplemente conllevaba la
tranquilidad de aquel quien lo contase, de que no sucedería nada, más que
comprensión, respeto, y Alta Lealtad Familiar, algo que intente hacer
comprender a la familia, pero que esta, por sus miedos, se alejaba de mí.
Ya todo pasó, y a lo largo de esos dos años,
especialmente del último año de Duelo, uno se vuelve hacia Dentro, hacia la
Energía Interior, y es cuando existe un Silencio en nuestra mente, que nos hace
replantarnos nuestras actuaciones pasadas, intentando alejar de esos recuerdos
por medio de la Auto-Sanación todo lo que nos duele, y nos hace llorar.
La Auto-Sanación llega por la comprensión de las
acciones sucedidas en el pasado, y las Emociones sentidas, pasa por el recuerdo
de lo que los demás hicieron, sus Emociones sentidas, y el intento de
comprensión de sus acciones hacia nosotros que nos recuerdan el dolor, la
tristeza, el amor no comprendido.
Es cuestión de Tiempo, porque con el paso del tiempo
podemos comprender no sólo el por qué nosotros actuamos como lo hicimos, sino
el por qué la gente que nos rodeaba actuó como lo hizo. Al intentar comprender
cómo, por qué o para qué ocurrió lo que ocurrió, podemos observar el puzzle
general. Sólo la visión más amplia de algo, nos da una visión general, y por
ende mayor libertad para elegir, y ser.
Mi Falta contra mi familia y mi madre, fue no
comprender ni saber filtrar las Emociones.
Por ello, y debido a mis dudas, anhelos, recuerdos,
Emociones, actitudes comprendidas después de un tiempo, y vínculos familiares,
Lealtades, y Honor, me acerqué a la Casa del libro donde encontré dos libros,
que, como siempre, poseen las respuestas que buscaba, que busqué durante estos
dos años.
---oo0oo---
Cienfuegos, por el Recuerdo y el intento de comprensión del Amor.
28.10.13.
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