martes, 19 de noviembre de 2013

La Rubia Soberbia

Ella anda por el barrio como por su casa, la vecina rubia y estirada, de andares soberbios, y tez severa. Le gusta hacerse notar, y no duda en dedicarte una mirada intensa, llena de desprecio, y sensualidad. Delgada y estirada, viste sus vaqueros ajustados, que ciñen sus finas y largas piernas y que con sus botas altas de cuero, y sus altos tacones, realzan su pequeño, respigón, y firme culito. Ella lo sabe, y lo resalta.

Su voz es chillona, y en todo el barrio a la única vecina que se la conoce como la gritona. No deja de llamar a su hija, de amonestarla, de gritarla. Es la única madre que en el barrio se comunica con su hija a voces. Ella cree que gritando y siendo severa, sus compañeros de tardes la van a temer. Y si la temen, no es por los gritos, sino por su cara entre malvadamente sensual y despreciable, no porque lo sea, sino porque eso es lo que Proyecta, desagrado y juicio hacia todo lo que le rodea.

Sus compañeros de tarde, saben que es una mujer buena con sus amigos, pero que también se le podría considerar una mujer mala, con maldad, de ahí que tenga esa cara de rasgos severos, duros, y a la vez sensuales, porque no sólo se Proyectan los defectos, sino también lo ciertas virtudes. Pero la  verdad es que ni sus compañeros de tarde, ni ella misma sabe que está dentro de una Ilusión, de Su Ilusión. Desprecia de las personas que no le gustan de su Entorno, o sea se desprecia de sí misma por Sus Reflejos.

Lo que debería de hacer, es ver en si misma aquello que desprecia de sí misma, y aceptarlo. El problema deviene, cuando la vecina rubia y severa de andares y mirada intensa, no quiere aceptar aquello que se desprecia de sí misma, y Proyecta ese desprecio hacia personas que son como ella, en nuestro Interior.

La diferencia entre ella y yo, es que yo me acepto como soy en vez de despreciarme, y por ende no tengo la necesidad de proyectar ese desprecio hacia mi Entorno, hacia personas que son como yo, y que de forma Inconsciente nos atraemos. Las personas que tienen afinidades parecidas se atraen, y da igual que sean afinidades positivas, como afinidades negativas, por lo que la vecina rubia siempre se sentirá atraída por mí a la vez que me despreciará por ello. Y esto es la base para muchas fantasías ajenas.

Todo lo positivo y todo lo negativo que nos atrae, que atrae nuestra Atención de los demás en nuestro Entorno, nos atrae porque es lo que nosotros llevamos dentro, de lo contrario, no le prestaríamos mayor atención.

La vecina rubia estirada, que va por el barrio con andares chulescos como si fuese una Diosa, desprecia de sí misma todo aquello que le gustaría ser de sí misma. Le gustaría aceptarse, pero como se desprecia prefiere buscar a una presa a la que responsabilizarle de lo que la rubia estirada no es capaz de aceptar de sí misma, y quizás poder dominar, doblegar, humillar y poseer aquello que de sí no le gusta. Solo así se sentirá bien consigo misma, se sentirá una Domina de la situación.

Ella cree, cargada de sensualidad y la más absoluta sexualidad reprimida, que dominando, doblegando, humillando, y poseyendo a personas parecidas a ella, y a las que desprecia, está dominando aquello que de sí misma se desprecia.

La única manera de que la rubia estirada pueda sentirse mejor, es aceptando aquellas cosas de sí misma que no le gustan, y después actuando acorde a ellas, o Cambiando aquellas cosas que no le gustan.

Existen aptitudes, y actitudes que socialmente son despreciables, pero que no por ello son amorales, o con falta de ética, que estas dos opciones, dependen de la evolución de la propia sociedad. Lo que hoy puede ser despreciable para nuestra sociedad, para la sociedad de otra época podría haber sido algo bueno, o viceversa. E igualmente aquello que socialmente tiene un rechazo, no tiene porqué ser malo a nivel personal, y viceversa.

Cuando Proyectamos en nuestro Entorno una actitud superior frente a los demás, altiva, chulesca, soberbia o demasiado severa o estirada, lo que realmente estamos Proyectando es una Falsedad de lo que realmente somos, estamos mostrando una actitud de inferioridad oculta, porque tenemos miedo.

Cuando actuamos con superioridad frente a los demás, pensando que los demás están por debajo de nuestra vista, lo que realmente estamos mostrando es una falta de auto estima clara, y una falsa creencia, –también-, de que somos menos que los demás, una clara infra valoración de sí mismo. Esta infra valoración de nosotros mismos como personas, es lo que nos conduce al desprecio de lo que somos y no nos gusta de nosotros mismos. La Evasión de esos aspectos nuestros, creando la Ilusión de la persona ajena a quién culpar, no es la solución.

En vez de aceptarnos, y Confiar en nosotros mismos, viéndonos entre los demás como uno más con nuestras diferencias y parecidos, nos despreciamos tal y como somos, infra valorándonos y creyéndonos inferiores a los demás. Entonces creamos una coraza en la que aparentamos ser chula, severa, sexual, estirada, sensual, amargada, o soberbia.

Y curiosamente lo que la rubia de pelo largo, manos y dedos finos, y de rasgos faciales severos y duros, desea ocultamente por esas fantasías reprimidas ya sea por ella misma, ya sea por sus parejas, es disfrutar, vivir, y sentir en sí misma la dominación por un hombre desconocido, fuera del matrimonio, trasgredir las normas sociales de lo prohibido, sentirse utilizada y humillada, ser solo un objeto sexual. Aquello que reprimimos en nosotros, lo despreciamos y juzgamos en los demás.

Esta mujer, vecina que se cree Domina del barrio, y si se lo propusiese podría llegar al éxtasis, aunque realmente es sumisa por vocación, necesita de un macho que consiga sacarle toda la sensualidad, la sexualidad, el morbo, y la perversión reprimida del cuerpo. Esta mujer delgada y estirada, necesita sentirse Domina y Dueña del mismo hombre que le ha sacado de muy adentro aquello que desprecia de sí misma, para poder castigar a ese hombre por sus propios pecados y Faltas.

Sólo así descubrirá que ella es tan buena como el resto, que ni está por encima de nadie, ni mucho menos por debajo de nadie. Piensa que domina la situación, su situación, pero la verdad es que se deja llevar, y cuando mira para sí misma, en vez de enfrentar y solucionar, prefiere olvidar. Yo no deseo dañarla, pero cuando uno se cree en el derecho de juzgar a otro, hay que saber que se está cediendo el derecho de ser juzgado igualmente.

Yo no deseo dañarla, sino más bien resaltar sus virtudes, actitudes y aptitudes sensuales,  y femeninas. No debería responsabilizar a nadie, despreciarlo o juzgarlo por lo que ella misma cree de esa persona, -sin conocerle realmente-; porque lo que realmente estaría haciendo es despreciarse y juzgarse a sí misma. Tampoco vale intentar conocer a alguien teniendo ya una opinión negativa preconcebida de alguien, pues le habremos juzgado antes, y el objetivo de conocer conlleva la no juzgar.

De la misma manera, he querido resaltar, y repito resaltar aquellos defectos, errores, y Faltas que esta mujer rubia y estirada, intenta responsabilizarme a mí. Y no lo he hecho con el objetivo de defenderme, pues no tengo que defenderme de nada que yo sea y me acepte, sino por el hecho simple y claro, de que esa rubia estirada de gestos faciales severos tiene el mismo derecho, y la misma Fuerza de observarse, aceptarse o Cambiar lo que no le gusta, sin necesidad de Proyectar ese desprecio al mundo que le rodea.

Rubia delgada y atractiva, vecinita chula, Domina y severa, si realmente quieres demostrarme lo que sientes, no lo hagas solo desde la distancia, con palabras juiciosas a oídos de tus compañeros. Acepta aquello que ves en mí y desprecias de ti misma. Sé valiente y propicia situaciones en las que estemos cerca, donde tu mirada de deseo y desprecio se pueda clavar en mi mirada. Coge el suficiente valor como para pedirme un cigarrillo e indaga en aquello que deseas y desprecias de mi por igual, pero experimenta, no especules.

Rubia, te gustaría tener el poder de tratarme tal y como estás deseando que te traten a ti. En el momento que me desprecias y me juzgas, te desprecias y te juzgas tú misma. En el momento en el que me desprecies y me domines, desearás sentirte dominada y despreciada, y verás lo que no te gusta de ti cara a cara.

Lo importante aquí no son los defectos que los demás cometen contra sí mismos, sino las Faltas que nosotros cometemos contra los demás. Uno puede tener un vicio y poseer por tanto un defecto contra sí mismo. Lo que no podemos hacer, es tener deseos y fantasías reprimidas y despreciar a los demás por nuestras Faltas contra ellos mismos.

Y esto no es un juicio, simplemente una observación. Si esta carta fuese un juicio estaría actuando como la rubia soberbia, y mi objetivo no sería ayudar a Sanar.

---oo0oo---
Cienfuegos, resaltando lo que Es. Todos tenemos un Maestro que nos Habita.
10.11.2013. (Año de Sanación)


Tiene que ver con:

El Vecino de lo Ajeno
http://cienfuegosybrazofuerte.blogspot.com.es/2013/07/el-vecino-de-lo-ajeno.html

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