domingo, 15 de agosto de 2010

Conciencia Individual.-

Conciencia Individual.-

Conciencia Global.-
Conciencia Universal.-

Todo empezó una mañana en la que el Sr. Cienfuegos había quedado con el Sr. Orestes, en una céntrica calle de Barcelona. Media hora después, el Sr. Cienfuegos recibió allí donde esperaba un mensajero, con un mensaje:

“Discúlpeme Sr. Cienfuegos, pero un imprevisto puntual y de tremenda importancia me ha sacado del camino en el que hablaríamos estas horas de amistad. Espero que me disculpe. Su estimado Sr. Orestes”.

Cienfuegos pagó la cerveza, y salió a la calle a pasear, cuando al torcer sus pasos y adentrarse por una callejuela, llegó a la puerta de un gran edificio, donde había un cartel en la puerta que expresaba:

Conferencias sobre nuestra Conciencia.
Conciencia Global.
Apartados XX y XXI, nuestros siglos.

Pero lo que más le llamó la atención a Cienfuegos, fue no el contenido de la conferencia, sino que está, estaba expresada en castellano. ¡Algo normal! Diría un castellano que no vive en Barcelona, pero en los tiempos que corren, aunque el castellano sea idioma oficial en toda España, en Cataluña (territorio español) los letreros que sólo estaban en castellano, sin el catalán, normalmente eran multados.

Pero Cienfuegos, se dio cuenta en sus propios pensamientos, que en ellos, él mismo estaba utilizando un lenguaje mental Nacionalista Español. ¿Por qué Cienfuegos pensaba, o escribiría en estas palabras “territorio español” entre paréntesis cuando se sabe que Cataluña como cualquier otra CCAA, es España?

Entró por la puerta encontrando una cortina roja aterciopelada. Cogió aire, y como costumbre empezó a Canalizar el Amor de la vida y traspasó las amplias cortinas. Se quedo aquietado, observando, -como era su actitud-, todo cuanto ante él se encontraba. Una amplia estancia, con varios sillones, mesitas bajas, y alfombras, estaban diseminadas aquí y allá en pequeños lugares de conversación, pero la conversación era silenciosa, porque nadie se encontraba en ella, más que dos hombres de traje a lo lejos.

Reinaba el silencio. De repente un hombre de traje se acercó a nuestro amigo, y extendiéndole un cartón cerrado, le dijo –Le estábamos esperando…- dudo un poco -…Sr. Cienfuegos. Por aquí. Sígame-

Cienfuegos asombrado por el hecho de que aquel individuo conociese su nombre, le siguió a paso tranquilo…tan tranquilo, como cuando andaba por el parque observando el entorno. Cienfuegos sabía que siempre que se es guiado, el que marca el paso, no es el guía sino el que sigue al guía, por lo que al ver el paso forzado de su “antecesor espacial –de espacio-”, decidió pararse en seco y esperar. Observo al hombre trajeado alejarse, y tras observar al hombre le silbó.

El hombre al girarse y ver la lejanía de aquel a quien creyó ver bien, volvió sobre sus pasos.

-Perdone, ¿se encuentra bien?-, dijo al acercarse a Cienfuegos.

Cienfuegos que observaba el cuadro más cercano, miro al hombre, y sin mirar el cuadro, lo señaló con su dedo -¿Ha visto usted bien alguna vez los colores de ese cuadro, amigo?-.

El hombre observo el cuadro. Luego miró a Cienfuegos. –Si, negro, gris, y blanco, señor-

-Me llama la atención, como la casualidad misma, el quedar hoy con un amigo que no ha podido venir, pasear por las calles de esta ciudad y encontrarme una Conferencia sobre la Conciencia. Me sorprende enormemente por los Sincronismos de la vida, y los impulsos energéticos y electromagnéticos que nos guían, que al entrar me conozca usted por mi nombre de pila, pero, ¡cojones!, lo que más me sorprende de todo esto, es que tras “verme”, e identificarme “en o desde” la Conciencia Global, no sea usted capaz de “ver realmente”, que en ese cuadro no sólo existe el negro, el gris y el blanco. Me sorprende que no sea capaz de observar el color azul y violeta que tiene al cuadro cuando se le “mira” directamente-

El hombre se quedo aquietado, pensando en las palabras pausadas que Cienfuegos pronunció, palabras pausadas para dejar que su interlocutor asimilase lo que le estaba diciendo.

-¿Cómo sabe usted mi nombre?, y ¿Cómo es que me estaban esperando? Yo no me he apuntado, no he dicho que venía, no he dado mi nombre, y jamás he tenido noticia alguna de que existiesen esas Conferencias. Además mi entrada aquí ha sido casualidad- pregunto Cienfuegos más curioso que amoscado.

-Vaya. A mi me asombra que usted mismo utilice la palabra “casualidad” de forma ligera como la utiliza todo el mundo. ¿Cree realmente que esta aquí, en esta sala, que ha entrado en este recinto, o que su amigo no haya acudido a su cita, por casualidad?-

-¡La casualidad no existe!- dijeron los dos a la vez. Sonrieron, por ese acto de complicidad. Cienfuegos y el hombre se observaron.

-Ponerle un nombre como “casualidad” a los acontecimientos que no entendemos, y que por ello nos transmite miedo, no conseguimos dar lógica a nuestra vida, si pensamos que las situaciones que no entendemos, no han tenido causa, es una estupidez-, dijo Cienfuegos. –Aun así, pido que me de la respuesta lógica-

-¿Quiere usted una respuesta lógica o empírica de por qué se su nombre?- Espero una respuesta y al no encontrarla, continuó -Le daré la lógica, pues empírica no del todo es, y por no ser empírica, no quiere decir que no sea cierta y lógica. He leído su nombre en sus colores energéticos. Respecto a los colores del cuadro, Sr. Cienfuegos, solo se “ver” la superficie de los campos áuricos-

Cienfuegos le observo. ¿Campos áuricos? Eso no es empírico, pensó. Pero fue una respuesta lógica lo que le dieron, pues desde hacía años, Cienfuegos empezaba a comprender la Sanación auto-sanada por medio de la Canalización energética individual, y el Poder que con ello se empezaba a engendrar. Conocía a grupos de personas que podían ver el aura de las personas. Un aura que la sola idea sobre la misma, no existe para la gente de calle, pero que la Ciencia estipula como Real, empírica y científica denominándola con otra palabra mal cool: Campo electromagnético.

-¿Esta preparado para acudir a la conferencia señor mío?- le dijo el hombre a Cienfuegos sacándole de sus propios pensamientos.

-Adelante- dijo Cienfuegos siguiendo a su guía, que ahora más que nunca iba atento a que su seguidor no se parase, pues la Conciencia del guía había sido captada por la Acción Conciente de Cienfuegos. “Un buen guía siempre tiene que estar Conciente de los pasos del guiado, solo así podrá guiarle mejor”. Pensaba Cienfuegos.

El hombre se paró. -Habrá varias sillas como en un teatro. En el centro habrá otras tantas sillas y una conversación en Conciencia. Si quiere participar directamente, siéntese en una de las sillas centrales y participe activamente. Si por el contrario quiere quedarse de oyente, participe en la penumbra. Diviértase-, y seguidamente le abrió la puerta.

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