Cuando
surge un problema, o complicación en nuestras vidas, somos nosotros
quienes aireamos el problema, convirtiendo el grano en granero,
sintiéndonos agobiados y mal, sintiendo ansiedad y desazón.
Pensamos
en el problema, y repensamos en el problema, intentando de forma
oculta evitar enfrentarnos al problema en sí, que es más sencillo
de lo que realmente es, porque somos nosotros quienes nos
retroalimentamos en las posible y negativas resoluciones de nuestros
conflictos, posible, porque no han ocurrido, ni tienen por qué
ocurrir.
No
queremos ACEPTAR Nuestros errores, para empezar a trabajar sobre
ellos. Solo Aceptando nuestros errores, podremos Resolver problemas,
conflictos y situaciones.
Si
yo tengo un problema con un amigo, de nada me sirve enfrentarme a él
en palabras dolorosas, rabia, ira o resentir, (que no son más que
Resistencias), y mucho menos, sirve de nada utilizar la Plaza
Pública contra aquel a quien quieres. E incluso habiendo, quizás
herido, a alguien querido en plaza publica, los problemas, si son
Aceptados (y no nos distraemos entorno al problema, girando sobre
él), deben resolverse con las personas en cuestión y de forma
privada. Si ambas partes creen que debe haber un reconocimiento
público se hace.
Hay
gente que confunde la resignación con la Aceptación, cuando la
decisión es una retirada o una disculpa con el otro. Nada mas lejos
de la realidad. Resignarse, es dejarse arrastras por los problemas de
la vida con los que nos retroalimentamos, para girar sobre nuestros
errores pensando que somos así.
Aceptar
es ver el problema es sí mismo, lo que nos daña y lo que nos salva.
Y Actuar sobre él. Ver aquellas acciones que está aliadas a tus
propios Valores y Principios así como aquellos Sentimientos que
Sientas, porque “Somos lo que Sentimos, no
lo que pensamos”,
y Actuar en consecuencia. Siempre ha de ser la solución más
acertada a nuestras necesidades de resolución, sin dañar a nadie en
el Camino.
Un
Camino Común con muchos senderos distintos.
---oo0oo---
Cienfuegos,
a día 13 de Agosto de 2014 d. C.
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