jueves, 30 de junio de 2011

9.- T. M. Las Selvas Tropicales del Sur.-

(Hammsali).-

...Todo el Sur de la Gran Isla, estaba dominado por selva tropical, sin caminos, ni senderos, en muchos de los casos, eran impenetrables más allá de un kilómetro sin acabar exhausto. Sus árboles median en torno a los 50 y los 150 metros de altura, de troncos finos (para su altura), y sin ramas hasta la copa de los mismos...

...Aun que había un Monte llamado De Sabad, donde los árboles eran más grandes que una cabaña circular de paja donde dormían más de treinta persona, con edad de más de doscientos años, y que aquellos que se secaban, eran ahuecados por los pueblos elfos, para realizar allí sus viviendas, como los comedores de las poblaciones del Norte...

...A medida que uno se interna en sus selvas, la oscuridad abajo es más y más profunda, con zonas pantanosas, con arenas movedizas, y todo ello sin contar con los reptiles, monstrusos, gusanos, arácnidos, y larvas gigantes que pueblan las profundidades...

...Hay que entender aquí, que el tiempo en el sur de la Gran Isla, y en las Tierras de Lagos de los Tauren, el Tiempo pasaba de distinta manera. Los Atolones, habían indicado y estipulado que los días se correspondían en la Gran Isla de 48 horas. 24 horas para el día y 24 horas para la noche, ya que el planeta en el que vivían lo denominaba Tia-Mat-tha, el cual tarda 48 horas en dar una vuelta a su Estrella Madre, pero esto son historias y mitos de los Atolones, que comúnmente llamaban a los planetas por sus nombres de Dioses...

...En Tierras de Lagos, las horas de noche duran 96 horas, dos días, y 96 horas más, de día, según el Calendario Atolón. En las Selvas Tropicales del Sur, el Tiempo es otro, no porque así lo digan las matemáticas o la lógica, sino que es debido a “como se percibe” el Tiempo en estos lugares...eternos...

...Y lo más importante de esa percepción es que ella se debe a la velocidad, a la velocidad con la que en esas tierras se mueven las razas. Humanos y Magos perciben aquí el tiempo como eterno, mientras que para los ágiles elfos, el Tiempo es un suspiro. La Percepción depende del “paso” de la raza por sus tierras...

...Esta es pues, por ello, que en estas tierras solo habitan Elfos. El Mayor Pueblo de Elfos se extiende por sus regiones. Ni Hombres, ni Magos, ni otra raza civilizada y organizada habitan estos lugares. Incluso los Atolones, decidieron construir una Gran Muralla que separase aquellas del resto de la Gran Isla en tiempos de Antaño, en la cual, en sus inicios arquitectónicos no se proyectó puerta alguna...

...Sus poblaciones se encuentran en el interior del territorio, y aun que muchos humanos creen que las poblaciones deberán estar en las copas de los árboles, o a gran altura para evitar ataques inesperados, las ciudades estas situadas en el suelo, separadas por grandes muros de piedra, canales, torretas, y túneles, que ningún humano ha visto jamás, pues los magos que se internan en estas tierras, saben a donde van, y hacia qué ciudad elfica...

...Pero hay que añadir que entre esta cultura, solo existe un lugar que está prohibido para los elfos, un lugar, que se han autoprohibido visitar por su propia protección, puesto que en ese lugar aun que lo habitan elfos, estos son conocidos como Elfos Negros...


Eran las 28 de la noche, o quizás allí fuera era de día, no sabríamos descifrar que hora es, puesto que las copas de los árboles no dejan que entre la luz. En la oscuridad solo se escucha el agua caer en lluvia intensa. Unos ojos en la noche a media altura delatan una criatura. Los truenos aun que están lejos, son como si la tierra temblase. Ni la luz de los relámpagos, ni su energía al impactar contra las copas, es capaz de penetrar la impenetrable oscuridad.

Solo un elfo sobreviviría aquí, en estas condiciones. Dos ojos a media altura, delatan a un elfo, escondido, oculto del agua. Seco, y vigilante, no como humano vigilante y temeroso de cualquier peligro imaginado de su propia mente, sino como elfo parte del todo.

Un grito aterrador, y fuertemente agudo, profundizó partiendo en dos lo que los relámpagos no podían, el silencio apenas entre cortado por el repicar del agua al caer,, y la oscuridad se ocultó en la noche asustada. El elfo salió de su escondite y emprendió la carrera saltando de raíz en roca, y de roca, en raíz, de aquí se colgaba de lianas, y ascendía hasta las zonas medias de los árboles, que empezaban a poseer ramas fuertes. Si hubiésemos estado allí, no hubiésemos sabido de qué criatura se trataba, pues los elfos, en la noche, son como sombras sin luz que las proyecte.

El grito se seguía oyendo, como si en la tierra persiguiese al elfo. Y cuando este llegó a la copa del árbol más alto de esa zona, este estaba situado al lado de una gran roca, por la que el elfo ascendió, hasta verse en un punto desde el que podía percibir el horizonte arbolado. Continuaba lloviendo, y el agua mojaba su cara. Observó como el manto verde subía y bajaba como si fuese un mar, pues sus hojas no dejaban de moverse con el fuerte viento que azotaba sus copas, vientos venidos del este, de la mar del este. Los peñascos sobresalían aquí y allá.

Este es el territorio más extenso de la Gran Isla, y a la par el más bello, aun que nadie excepto elfos del sur, conocen los lugares más agradables, los más pasionales, y sobre todo los más peligrosos y mortales.

De repente una niña jugaba en la tierra con un muñeco. Jugaba inocentemente mientras era observada por unos ojos vivaces. Cuando la niña se giró ya no había nadie.

-Silencio en el Conclave- clama una voz.

Silencio en el Conclave!- grita con más fuerza, atrayendo para sí el silencio más espeso del gran círculo que formaban los allí reunidos. Esa voz solo se hace oír dos veces. Nadie en su sano juicio, permitiría que tan grave voz se escuchase por tercera vez, pidiendo silencio, pues de lo contrario, tras esa tercera vez de petición, aquel que no guardase silencio, incurría en Desacato.

-Tiene la palabra el Príncipe de los pueblos Gomba-

Un gran Conclave estaba teniendo lugar en aquella ciudad. Y los Conclaves, eran reuniones de dos o más Pueblos, que debatían en aquel lugar problemas que atañen a los allí reunidos. Esta vez todos los pueblos, excepto el Pueblo de Elfos Negros, y el Pueblo de Songad.

En primer lugar, y siempre cerca del centro del círculo, se encontraban los reyes, príncipes y senescales de cada pueblo, con sus consejeros y sus escoltas. Tras ellos estaban los armadores, ya que en el círculo no se podía estar con armas, detrás de estos se encontraba la población en sí misma, y mucho atrás los curiosos.

Alguien de la espesura se acercaba sigiloso. –No puedes estar aquí, ¿Qué haces?, ¿estas loco-, dice un elfo cogiendo a otro del brazo y separándole, y metiéndole en una de las tiendas de tela.

-No puedes prohibirme hacer nada. Esta es mi tierra- responde el elfo intruso.

-Tienes total prohibición en estos Conclaves. Se te quitó la “Estela de Honor”. ¡Vete!, ¡Sal de aquí antes de que te arresten- le dijo la voz temerosa.

-Vuelvo a decirte, hermano, que no tienes autoridad sobre mí-

...-No podemos tolerar más que el Pueblo de Songad siga saqueando nuestras tierras-, se oía fuera...

-Estamos luchando entre nosotros mismos por un poco de pan, y tierras. Hace mucho tiempo que los Atolones nos enseñaron...- dice el elfo intruso.

-Los Atolones no son nuestros señores, construyeron un muro que separa sus tierras de las nuestras, impenetrable-

-¿Qué esta ocurriendo aquí?- dijo la voz grave desde la puerta.

-Mi señor- dijo el primer elfo arrodillándose.

-¿Tú no te arrodillas?-

-Solo me arrodillo ante mi padre, mi señor y mi rey-.

El hombre hizo un gesto para que se quedasen solos, y así ocurrió.

-Terco eres, como lo fuese tu padre, y aunque él si dio muestras de sometimiento cuando sus tobillos, sus fémures, sus tibias, y sus rodillas estallaban como astillas... tú puedes seguir el mismo camino que siguiese él, antes que ser desterrado y conservar el poco honor y el poco coraje que tienes...y tú vas siguiendo el mismo camino, sus pasos-

Una mano se posó en la empuñadura de una espada. Y ojos avizor, se percataron de que sus palabras estaban surtiendo el efecto esperado. Se dio la vuelta mostrando su espalda al intruso, y mostrándole además un descaro desprecio. –Dicen que los elfos somos ágiles y es cierto, ante humanos, magos, u orcos. Pero... ¿y entre elfos?, ¿Quién es el más rápido?-

-Mi padre me enseñó el arte de la agilidad y rapidez. Ese es nuestro Emblema-

-El emblema de tu linaje, de tu padre...pero, mírale ahora, mira a tu padre postrado en una caja, teniendo que aguantar la eternidad de sus actos indignos en esas condiciones-

-Lo único indigno en este reino es tu llegada a él. Viniste sediento de sangre, usurpaste el poder, y te ahogaras en esa misma sangre, solo que esa sangre será la tuya derramada sobre mi pueblo-

El elfo se giró con gran ira y tras de él ya no había nadie. Desapareció. Seguidamente se llamó a un Escribano, con papel y tinta.

-Escribe: "Bajo Consejo de Guerra, se declara que la Familia Hammsali, queda Desterrada de los Reinos del Sur. Bajo Pena de Muerte, queda prohibida la ayuda, el acogimiento, o el abastecimiento de dicha realeza, que ya no es tal más que despojos, y vagos recuerdos". Distribúyelo entre los Pueblos del Sur-


Cienfuegos y la imaginación

Escrito a día 01 de Julio del 2011.
Día 05 de la Decimotercera Luna del año -2.

Siguiente Capítulo:
Fanuya del Desierto.-

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