El
otro día en el trabajo una compañera mi dijo: -“Cienfuegos,
has cambiado, tú no eras así”-.
Primero:
-Dios
me libre de no cambiar nunca, pues quien no cambia, se estanca y se
aleja con el pasado, acaba inadaptado con todo su Entorno que sí
Cambia, y quedaría Dormido.
Segundo:
-Sí,
he Cambiado, puesto que todos aprendemos de nuestras Experiencias que
nos enseñan, Experiencias con las personas con las que estamos,
vivimos, o trabajamos. ¿Cómo no Cambiar cuando conocemos realmente
a la gente?, ¿como no cambiar cuando re-descubrimos que la gente no
es como era?
Tercero:
-Cierto,
yo no soy como era, pues de lo contrario, así viendo la cara dura de
ciertos compañeros/as; viendo lo fácil que cede el trabajo propio a
otro, y que cuando le llamas la atención se queja; si observas como
intentan perjudicar tu propio trabajo; o simplemente no hacen el
suyo, ¿cómo no Cambiar?
Es
curioso que me digan que he cambiado aquellas personas a las que, no
solo no les hago ya su trabajo; sino que tb me lo dicen aquellas
personas que no tienen Educación por quienes les rodean y carecen
del concepto de Respeto.
“Quien
exige respeto (hacia sí mismo), Demuestra que no lo Tiene (con los
demás)”.
Si
lo tuviese, no lo exigiría.
Por
lo tanto yo soy igual que siempre, en aquellos aspectos de mi persona
positivos y agradables, -con aquellas personas que me entregan lo
mismo que yo les he entregado antes, (“Amor = Tengo porque Doy”)-,
igual que siempre. No solo he cambiado, sino que además he cambiado
a la vez que han cambiado las personas que siempre me han tratado con
cariño, respeto y educación, humor, compañerismo, diversión,
alegría, ironía y Lealtad.
(Escrito
a día 31 de Mayo -5 Maestro- de 2014d.
C).
---oo0oo---
Cienfuegos
a día 12 de Junio de 2014d. C.
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