viernes, 11 de enero de 2013

La Muerte, y los Sentimientos que nos recuerda.-

¿Qué es la muerte?, sino un trance que los humanos vivimos con dolor, sufrimiento, y pena, cuando le ocurre a un ser querido cercano a nosotros. Porque...la muerte propia es algo que nos ocurre solo a nosotros, es individual. Pero la muerte de los seres queridos, ese tipo de muerte, no lo vive solo el paciente, lo viven tb el resto de familiares y seres queridos.

¿Quien lo vive mas intensamente? Esto es algo que no podré responder, ni escribir de ello, hasta que viva yo mi propia muerte, y entonces no podré escribirlo. La muerte es un trance, una Transformación de Energía, un viaje de la Conciencia a su Estado Natural, a su Realidad Única, y su Hogar energético.

La Intensidad de la Muerte, solo son los sentimientos, Emociones, risas, recuerdos, sonrisas, alegrías, Amor, AMOR, trabajo, dolor por el bien de los hijos, y todo lo que es Bello, y que esta en nosotros, y que parece que con la muerte de ese Ser Querido, todo lo Bello que contenemos en nuestro Interior, se apaga, y se va con la persona, que acompañamos en su Camino.

Todo eso es lo que se remueve en nuestro Interior, la perdida de todo ello es lo que nos duele, porque cuando un Ser querido se muere, parece que con él se muere una parte de nosotros, y este Sentimiento, ES solo Humano.

Cuando estamos acompañando a nuestro Ser Querido en su propia muerte, todo lo que hablo queda suspendido. Todo incluso nuestra Conciencia está suspendida en un lugar que no deja entrar nada que no sea silencio. Un lugar que no deja escapar mayores sentimientos o emociones, que estén cargadas solo de Amor.

Una de las cosas que retrasan la muerte de alguien, siempre es SU propia Fuerza INTERIOR. Si ademas la persona que se va es joven, y su Corazón tb lo es, la cosa se retrasa más. Con la Muerte de alguien querido, nadie desea tal situación, pero todos los familiares, en lo más oculto de nuestro Corazón, deseamos que el paso del Morir no sea largo, y acabe cuanto antes, para que nuestro Ser querido que se muere, no sufra, no alargue la situación, y por fin, descanse Tranquila.

Es muy difícil hablar de La Muerte, pero alguna vez me tendría que tocar directamente, vivirla, vivir la muerte de alguien querido, acompañar a esa persona por ese trance, acompañarla, y despedirme; y por fin, cuando todo en mi Interior se empieza a relajar, a descansar, y a estar tranquilo, entonces, me puedo permitir el lujo de hablar de la Muerte.

Yo, con mi madre, la acompañe, junto a mi familia, a mi propio ritmo, pues en la familia, muchos ya vivieron la muerte de sus padres, pero a nosotros, a nosotros era la primera vez que nos ocurría. La muerte de una madre nunca es fácil. En ese momento, en ese acompañamiento, uno se despide, espera que la Muerte, se lleve a esa persona, que ya no es quien fue, que ya no es quien una vez fuera.

Yo, por alguna razón, retrasaba mi despedida sincera con mi madre.
Todos mis familiares ya lo habían hecho, de forma Espiritual, de forma Cognitiva, y de forma sincera, de corazón; pero yo me retrasaba. Fue, como hoy un día 12, cuando a las 15.00 horas esperaba, miraba el reloj y observaba a mi madre.
 
A las 3.35 horas de la tarde (15.35 h.) del día 12, me puse a escribir.
A las 3.35 horas de la madrugada del día 13, mi madre ya se había ido.
 
Fue algo que hice por inercia. No me había despedido, y tenía que coger el valor suficiente para hacerlo. Mi madre valiente y con la Fuerza suficiente aguantaba, no sé porque pero aguantaba, se resistía a irse. Mi única acción fue colocarme sentado en una silla tras su cabecero, colocando mi cabeza al lado de la suya, intentando ayudarla Canalizando Reiki entre los dos, y cabeza con cabeza, interrelacionando nuestras Propias Energías, y por medio de la Conciencia me despedí.
 
La hablé con el Corazón, con la Emoción, mi Pensamiento se despidió. Mi Alma se despidió. Mi Conciencia se despidió. Mi Corazón se despidió. Mi Ser se despidió. Intenté decirle que todo estaba bien, que no se preocupase, que se fuese, Mente con Mente, de repente, en una pausa de respiración, mis ojos se humedecieron, mi Corazón se ahogo en las lagrimas de todo mi cuerpo, que compungido me hizo llorar de dolor y agradecimiento. Todo se acabó. La Muerte concluyó su trabajo.
 
Despetar a familiares, llantos, abrazos, susurros, tranquilidad.
 
Hay una cosa que tiene la muerte de alguien querido. Nos zarandea tan fuerte que nos hace Vivir más intensamente las experiencias, pero esa Ilusión, ese Cambio en nosotros, solo dura un tiempo, luego nuestra vida y costumbres, nos hace que olvidemos lo bueno de la Vida.
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Cienfuegos, hablando incluso de lo que no se habla, algo, que es parte innata de la vida, y que no la finaliza en sí, sino que la Transforma.
 
Bien aventurados aquellos que Aman, porque ellos, aunque en sí no comprendan al Amor, este nos esculpe, nos erosiona, y nos hace mansos con nosotros, y francos con los demás.
 
Bien aventurados aquellos que hayan pasado la muerte de un familiar querido, porque ellos comprenderán mis palabras; pero Bien aventurados aquellos que aun no habéis pasado la muerte de alguien querido, porque vosotros y vuestra Fuerza, harán de la Vida, algo más grande.
 
A día 12 de Enero de 2013.-

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